Electricidad estática y meteorología. ¿Qué tienen que ver?
La explicación a los chispazos que todos nos hemos dado alguna vez está en el tiempo
La meteorología es un punto clave en nuestro trabajo, ya que dependemos completamente del tiempo para trabajar. Cuando el invierno se acerca y las temperaturas empiezan a caer, los días de viento – en nuestro caso viento de norte, llamado tramontana-, de niebla o de lluvia incrementan, impidiéndonos volar tan a menudo como nos gustaría.
El frío, pero, no solo lleva consigo el viento, la niebla y la lluvia, sino que también hace que la electricidad estática incremente en el ambiente. ¿Te habías planteado nunca a qué son debidos los chispazos que seguro que alguna vez te has dado y porque son más frecuentes en invierno que en verano?
Para entenderlo, primero hay que saber qué es exactamente la electricidad estática. La electricidad estática es la acumulación de cargas eléctricas en un material tanto conductor como aislante y se produce por la fricción entre dos materiales aislantes. Cuando esta fricción se produce, uno de los dos objetos pierde electrones (carga positiva), mientras que el otro los acumula (carga negativa). Ambas cargas, sin embargo, tienden a equilibrarse nuevamente aprovechando el contacto con una superficie conductora como, por ejemplo, la puerta de un coche.
Así pues, cuando, por ejemplo, rozamos con la suela de los zapatos el suelo, estamos generando esta fricción que crea la electricidad estática y, por lo tanto, nos cargamos. En estos casos, pues, cuando tocamos la puerta de un coche o incluso la mano de una persona, se da el chispazo porque nuestra carga pasa a la otra superficie.
No obstante, esto sigue sin responder qué tiene que ver el invierno con todo esto. El vapor de agua es un gran conductor de electricidad que permite disipar cualquier carga acumulada en nuestros cuerpos. En los meses de invierno, el aire contiene menos vapor de agua que en verano y por ello, en las semanas más frías del año, la electricidad no encuentra salida para liberar la carga y tiende a acumularse en nuestros cuerpos. Es decir, los días ventosos y con ausencia de nubes, son los más secos del año, convirtiéndose en el aliado perfecto para la electricidad estática.
De hecho, el viento que tenemos aquí en el Alt Empordà, tal como hemos mencionado anteriormente, es la tramontana, un viento frío de componente norte que tiene un efecto secante y limpiador del aire. Así que es perfecto para que la electricidad estática nos empiece a visitar en octubre y no se vaya hasta marzo.